El movimiento chiita libanés Hezbollah anunció el martes la designación de su número dos, Naim Qassem, cómo nuevo líder, tras la muerte de Hassan Nasrallah, que fue asesinado en un bombardeo israelí en un suburbio de Beirut a fines de septiembre.
“El Consejo de la Shura (el órgano dirigente del movimiento) acordó elegir al jeque Naim Qassem como secretario general de Hezbollah”, anunció un comunicado de la formación, en guerra contra Israel.
La milicia que cuenta con el apoyo de Irán prometió que con el nombramiento de Qassem “trabajarán juntos para lograr las metas de Hezbollah, y mantener la llama de la resistencia brillando y su estandarte en alto hasta que se logre la victoria”.
Inicialmente, Hashem Safieddine, el líder de este consejo ejecutivo, se perfilaba como el sucesor de Nasrallah, pero murió en otro ataque israelí en el sur de la capital libanesa.
Quién es Naim Qassem, el nuevo líder de Hezbollah
Qassem, de 71 años, nació en Beirut en 1953, en el seno de una familia procedente del pueblo de Kfar Fila, en la frontera con Israel. Comenzó a militar en el movimiento chiita libanés Amal y dejó el grupo en 1979 después de la Revolución Islámica de Irán, que influyó en el pensamiento político de muchos jóvenes activistas libaneses.
Qassem fue uno de los fundadores de Hezbollah en 1982 y era el secretario general adjunto de la formación político-militar desde 1991, un año antes de que Nasrallah asumiera las riendas del grupo.
Fue el coordinador general de las campañas electorales parlamentarias de Hezbollah desde que el grupo se presentó por primera vez en 1992.
Era el dirigente de cargo más alto del grupo con exposición pública desde que Nasrallah empezó a vivir la mayor parte del tiempo escondido tras el conflicto bélico de Hezbollah contra Israel de 2006.
Desde la muerte de Nasrallah, Qassem pronunció tres discursos televisados, usando un árabe más formal que el libanés coloquial que solía emplear su predecesor. El 8 de octubre, aseguró que las capacidades del grupo estaban intactas a pesar de los “dolorosos golpes” de Israel.
El conflicto entre Israel y el movimiento islamista libanés Hezbollah se convirtió en guerra abierta el 23 de septiembre. Desde entonces, el ejército israelí bombardea diariamente los bastiones de la milicia proiraní.
Los ataques israelíes en Líbano causaron más de 1.700 muertos, según datos oficiales libaneses. Además, el conflicto provocó hasta el momento el desplazamiento de al menos 1,3 millones de personas, de las cuales más de 800.000 dentro de Líbano, según la ONU.
Más de medio millón de personas partieron hacia Siria, según las autoridades libanesas, la mayoría ciudadanos sirios.