Las cáscaras de limón suelen terminar en la basura después de exprimir la fruta, pero cada vez más personas descubren formas útiles de aprovecharlas. Una de las más curiosas consiste en guardarlas dentro de un frasco, y aunque muchos piensan que se hace solo para aromatizar, en realidad tiene otra función mucho más práctica.

El secreto está en las propiedades naturales del limón. Su cáscara contiene aceites esenciales con acción antibacterial y desengrasante, lo que la convierte en un aliado perfecto para la limpieza. Al colocarlas en un frasco, se conservan mejor y pueden combinarse con otros ingredientes, como vinagre o bicarbonato, para preparar productos caseros y económicos.

Además, este método evita la proliferación de mosquitas de la fruta y ayuda a reducir los malos olores en la cocina. Incluso se puede transformar el contenido del frasco en un limpiador multiuso: basta con dejar las cáscaras en vinagre durante dos semanas y luego colar la mezcla para obtener un líquido capaz de desinfectar superficies y eliminar grasa de manera eficaz.

De esta manera, lo que parecía un simple truco para perfumar la casa se convierte en una forma de reciclar residuos, ahorrar dinero y tener un producto de limpieza natural y libre de químicos agresivos.

Cómo aprovechar las cáscaras de limón en un frasco

• Colocalas con vinagre para crear un limpiador multiuso.
• Sumalas al bicarbonato para desodorizar la heladera.
• Guardalas secas y usalas para ahuyentar insectos.
• Trituradas, sirven como fertilizante natural para las plantas.