El gobierno nacional dio marcha atrás con la reapertura de la agencia Télam (convertida en dos nuevas firmas APESA y RTA Noticias) y volvió a suspender a todos los trabajadores.
Durante la semana el interventor de los medios públicos, Eduardo González, había avanzado en un acuerdo para los trabajadores y ordenó la reapertura de los edificios de las calles Bolívar y Belgrano.
El acuerdo era mantener a unos 90 empleados en la agencia de publicidad APESA, como contó LPO semanas atrás, y el resto de los que no aceptaron los retiros voluntarios pasarían a Radio y Televisión Argentina (RTA).
En esa estructura se crearía el servicio RTA Noticias, una agencia de noticias más chica que la vieja Télam y que en principio sería para abastecer a los medios públicos, aunque con la posibilidad de vender el servicio a terceros.
El trazo grueso del acuerdo estaba cerrado y esta semana se levantaron las vallas de los dos edificios, que ya lucían en sus marquesinas las nuevas marcas: APESA y RTA Noticias. Al mismo tiempo, se levantó la dispensa los empleados que volvieron a sus lugares de trabajo y empezaron a firmar los contratos con las nuevas firmas.
La reapertura y el regreso de los trabajadores fue celebrado por los sindicatos del sector y en redes sociales empezaron a circular fotos y videos de los festejos. Algo normal, pero que llegó al teléfono de Javier Milei que reaccionó con furia.
El presidente se enojó con una foto de periodistas haciendo la «V» con sus dedos en la sede de la vieja Télam y enfureció, al punto de que ordenó a sus funcionarios dar marcha atrás con el acuerdo y echar a 200 trabajadores que no aceptaron los retiros.
El jueves por la tarde el interventor volvió a dispensar a los trabajadores y se levantaron nuevamente las vallas. En el gobierno dan por hecho que APESA continuará como estaba previsto, pero hay dudas sobre RTA Noticias.
Un comunicado difundido extraoficialmente por la Rosada sostiene que no van «montar un área de noticias donde en vez de información sin sesgos haya editorizalización con tintes progresistas». Pero aún con 200 despidos más, todavía quedaría un grupo de alrededor de cien empleados que esperan pasar a la órbita de RTA.
El cierre de Télam es una bandera que Milei enarbola porque fue uno de los pocos anuncios concretos que hizo en su discurso del 1° de marzo y por eso no quiere ceder, a pesar de que sus funcionarios se entusiasmaron con su continuidad. Algo similar pasó en la TV Pública y Radio Nacional donde se anunció la privatización y se levantaron todos los programas por falta de fondos, pero ahora empezaron a contratar a conductores afines para relanzar la programación.