Los presidentes de los bloques en la Cámara de Diputados elevaron una solicitud a Martín Menem para que aumente sus dietas, pero sin hacer pasar el tema por el recinto. La incomodidad que les generan las críticas en redes y la opinión pública los indujo a reclamarle al riojano una resolución como titular de la Cámara Baja.
Sin embargo, el aumento sería en tres cómodas cuotas, con un mes de intervalo entre suba y suba. El primero se imputaría en el salario de junio, a cobrarse en julio, el segundo en agosto e impactaría en septiembre y el último en octubre para ser cobrado en noviembre. «Es un aumento a seis meses, te deja la dieta en 3 millones y cuando se complete el aumento vas a tener el mismo problema que ahora porque la guita no va a alcanzar», se quejaban en un despacho oficialista.
LPO informó que los legisladores de LLA venían manifestando su preocupación por las dificultades para costear su alojamiento cuando venían a Buenos Aires, para sesionar o trabajar en comisiones. En el grupo de WhatsApp libertario, ardían los intercambios para conseguir hospedajes más convenientes.
De hecho, LPO supo que hay diputados que han llegado a dormir en sus despachos para no gastar más dinero.
Hasta la liquidación de mayo, los diputados percibieron un ingreso de bolsillo que trepaba a 1,5 millones y aquellos que cobraran desarraigo, llegaban a tener 1,7 millones en sus cuentas. «Si tenés que mantener a tu familia en tu provincia de origen y gastás 100 lucas por semana para alojarte y otro tanto para morfar, se te va casi la mitad de la dieta», confesaban cerca de un legislador de LLA.
La preocupación de los diputados por la imagen que se produce cuando se aumentan el salario da cuenta del impacto que generó la suba que se aplicaron los senadores hace dos meses, pasando a cobrar 4,5 millones por su labor.
Por lo demás, el incremento que estaría a punto de lograrse en Diputados no satisface a todas las bancadas. Se atribuye a Miguel Pichetto una incansable batalla por que un diputado gane lo mismo que un senador.
Aún concediendo que resulta incómodo incrementar las dietas mientras la mayoría de la población está en la pobreza, los diputados más experimentados reprochan a sus pares la falta de determinación para reivindicar su tarea. «Acá no se animan a aumentar por miedo a la reacción de la sociedad pero ese monstruo lo alimentaron los mismos que condenan a la política», comentó un opositor en el salón Pasos Perdidos, y agregó: «de esta forma, solo se pueden dedicar a la política los ricos».