En una clara jugada para expandir el modelo Córdoba del que tanto habla el gobernador Martín Llaryora, el arribo del presidente paraguayo Santiago Peña a la provincia en el marco de la 80ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) no fue un capítulo más. Dentro de un jueves intenso en el que el gobernador participó del único acto oficial en Córdoba por el Día de la Lealtad -y en el que estuvo ausente Juan Schiaretti-, el cordobés aprovechó la estadía de Santi Peña para explorar una salida cordobesa al Paraná y un acceso a la Hidrovía.
Todo en el marco de una maniobra que, en una misma semana, enhebró la incorporación de la Región Centro a la Región del Litoral y donde los gestos de Llaryora a Peña fueron más que contundentes.
Desde la misma noche del miércoles cuando cerca del gobernador cordobés empezaron a hacer correr con premura una foto del peronista con Peña y en la previa de una cena que compartieron ambos, como previa a la apertura de la Asamblea de la SIP.
Hay un vínculo más estrecho entre la gestión de Llaryora con Paraguay que la que existía anteriormente. Y eso se demostró desde el arranque de este año con una promoción turística para una serie de vuelos directos semanales entre Córdoba y Asunción, pero también una coordinación desde las carteras de Economía y Producción e Industria.
En el primer caso, por el viaje que Llaryora mantuvo con su ministro de Economía, el influyente Guillermo Acosta, hace un par de semanas a la capital paraguaya. En el segundo, a raíz de una serie de contactos que se aceitaron este jueves entre el ministerio guaraní y el de Producción que en Córdoba lidera el hombre con pasado en el PRO, Pedro Dellarossa.
Dentro del entorno de Llaryora reiteran que el juego nacional lo hace el exgobernador Juan Schiaretti, pero hubo visitas y contactos, además de una actividad casi constante de Llaryora con otros gobernadores que también ponen en escena al heredero del cordobesismo. El ejemplo más claro de ello es el vínculo con el radical santafesino Maximiliano Pullaro, puerta de ingreso de Córdoba a la Hidrovía, y parte del diálogo entre Llaryora y Peña.
Empujado, además, por la construcción del acueducto que traerá Santa Fe-Córdoba, para traer al este cordobés agua del Paraná.
Más allá de ese ingreso que lo diferencia de Schiaretti, quien insistió sin suerte en el corredor bioceánico para que Córdoba sea vía de salida al Pacífico, Llaryora aprovechó la estadía de Peña en la provincia para mandar mensajes subliminales al presidente Javier Milei en el marco de la SIP.
Donde, el gobernador cordobés dijo en la apertura de la asamblea: «para nosotros el compromiso de la libertad de expresión y la libertad de palabra, es un compromiso inalterable con los valores democráticos. Es imposible concebir a la democracia sin libertad de expresión».
«Córdoba desde hace mucho tiempo viene creciendo distinto a la Argentina. En esos valores de crecimiento que venimos defendiendo están la división de poderes, el respeto a las instituciones, el trabajo público y privado y especialmente el respeto a la libertad de expresión», afirmó el gobernador quien además agregó que «en Córdoba no se proscriben periodistas, no se prohíbe la palabra y el gobierno no es dueño de ningún medio».
Mensaje que encontró sintonía del presidente paraguayo, quien agradeció la invitación y expresó: «a pesar de que la democracia hoy está fuerte en América, sigue existiendo la persecución a la prensa en muchos lugares de nuestro continente. Por eso, hoy aquí hago un fuerte y sentido homenaje al periodismo en exilio, ese fenómeno que tenemos por culpa de gobiernos intolerantes, autocráticos, que he censurado y seguiré censurando en todos los foros que pueda».