Iron Mike volverá al ring a sus 58 años de edad y tras haber anunciado su retiro del boxeo en 2005, en un combate que llama la atención por los 31 años de diferencia entre ambos peleadores
El combate entre Mike Tyson y Jake Paul será, como mínimo, la pelea más llamativa del año. No solo por la recaudación monetaria y la presencia de dos protagonistas de semejante calibre, sino que también se agrega el condimento de que habrá 31 años de diferencia entre los peleadores. La vuelta al ring tras su retiro en 2005 para Iron Mike con 58 años de edad llamó la atención de todo el mundo y la preocupación de los médicos.
La velada en el AT&T Stadium, que está ubicado en Arlington, ciudad del estado de Texas, tendrá el aforo de 80.000 espectadores expectantes por el enfrentamiento. Este contará en el récord profesional de ambos, ya que será considerado como un combate oficial. Sin embargo, el departamento de Licencias y Reglamentos de Texas autorizó una velada de ocho asaltos de dos minutos cada uno, en lugar de los tres minutos y doce rondas habituales. Los pugilistas tendrán guantes de 14 onzas, más pesados que los estándares de 10 onzas.
Justamente, estas precauciones se llevaron a cabo para resguardar la integridad física del legendario campeón mundial de los pesos pesados, aunque pelearán sin protecciones en la cabeza. El doctor Alain Ducardonnet, asesor sanitario de BFMTV (cadena de televisión de Francia), explicó las graves consecuencias que puede experimentar Tyson en caso de sufrir un KO, o incluso un duro golpe. “Cuando hay una conmoción cerebral, hay una fase de curación y, a su edad, es mucho más larga”, argumentó en diálogo con BFM Sports.
“La continuación de un golpe que recibimos es el cerebro, que es aplastado hacia la parte delantera o trasera de la caja ósea. Esto crea localmente un cierto número de pequeñas lesiones que provocan la muerte de las células, las neuronas. Cuando las personas son jóvenes, las arterias y las neuronas sanan mucho más rápidamente. Con la edad, las arterias son mucho más frágiles y la curación tarda más y es más impredecible”, comentó.
Al mismo tiempo, el médico contó que los peleadores suelen sufrir trastornos y secuelas en su cabeza por su pasado como pugilista, algo que Mike cumple con creces en sus 58 peleas (50-6-2). “Los boxeadores que, como él en el pasado, han sufrido muchos golpes, padecen trastornos neurológicos crónicos. Por lo tanto, podemos pensar que esto acelerará el fenómeno. Sin duda, es peligroso para su estado cerebral”, afirmó de manera rotunda.
“Siempre existe un riesgo en el boxeo, hay que saberlo, ya sea a los 54 años o incluso antes”, comentó respecto a si se tendría que haber suspendido el enfrentamiento. Al mismo tiempo, le agregó: “Obviamente, cuanto más envejecemos, mayor será el riesgo. Pero hay que saber que algunas personas de 54 años a veces están en mejor condición física y en mejor forma que otras que tienen mucho menos. Tuvimos que fijar un límite de edad en la Federación Francesa de Boxeo, pero nunca pudimos decidir. Dar un límite de edad es muy arbitrario y, en última instancia, no significa nada para la condición física de los boxeadores y su historia. Recibieron más golpes que otros, pelearon o incluso entrenaron más duro y también pudieron ‘envejecer’ más rápidamente”.
A pesar del notable entrenamiento que llevó a cabo Tyson para ponerse a punto para la pelea contra Paul, a lo largo de su vida atravesó varios momentos difíciles con su adicción a las drogas y al alcohol. Algo que no ilusiona a los médicos. De hecho, en una entrevista en el 2013, año en el cual estuvo a punto de quedar en bancarrota, Mike dijo unas frases desgarradoras. “Estoy a punto de morir porque soy un alcohólico despiadado. Soy un adicto despiadado, pero me estoy tratando a mí mismo, si no tengo cuidado. No hagas lo que los libros me dicen que haga, voy a morir y eso es todo lo que va a pasar”.
Estas situaciones no pasaron desapercibidas para el análisis del médico, que aseguró: “Cuanto más viejo te haces, más difícil es hacer esfuerzos como ese. Una pelea de boxeo requiere esfuerzo en términos de explosividad, cardio, resistencia muscular. Su oponente, él, golpearán fuerte, tendrá la resistencia cardiovascular y muscular para hacer dos minutos a toda velocidad”. Por último, explicó otros factores que afectan los problemas cerebrales: “Por muy bien preparado que esté, su capacidad de recuperación será inevitablemente peor. Los niveles de consumo de oxígeno y, por tanto, de recuperación de energía, disminuyen significativamente con la edad”.
Sin embargo, todas estas advertencias y medidas fueron en vano para Mike Tyson que está decidido a volver a plantar su aura en el cuadrilátero. Enfrente estará el youtuber que pasó a ser boxeador, pero que resguarda un saldo de 10-1 sobre el ring. A pesar de que Jake Paul no sea el rival más temible que se haya enfrentado en su vida, los 31 años de diferencia podrían ser un factor clave cuando suene la campana.