Juntar a dos de las estrellas de Hollywood más grandes de todos los tiempos no es cosa de todos los días. Es por eso que la nueva tapa de la revista GQ está revolucionando las redes y acaparando titulares. George Clooney y Brad Pitt protagonizan la edición de septiembre de la famosa plublicación masculina y despliegan su encanto como nunca antes.
Fotografiados en el sur de Francia, los galanes que llevan tres décadas rodeados del glamour hollywoodense se lucen en la portada cubiertos por agua hasta el pecho, pero sin manchar los elegantes conjuntos de sastrería blanca de Tom Ford que llevan, Clooney con camisa y Pitt con chomba.
Un par de anteojos de sol -hexagonales y oscuros para el primero, rectangulares y de carey para el segundo- completan los looks de tapa, coronados por sendos peinados elegantes con raya al costado y flequillo voluminoso al mejor estilo pompadour o copete.
El carisma que ya es conocido por todos y la amistad que los une se hizo palpable en el resto de las imágenes que se tomaron en el lujoso chateau del que Brad Pitt es dueño. Camas de agua inflables y camastros fueron los elementos que acompañaron una sesión de moda veraniega pero elegante, a puro estilo.
Multifacéticos y versátiles, cambiaron los equipos de sastrería por otras audaces apuestas, desde pijamas de seda que lucieron en una cama de dos plazas compartida hasta conjuntos monocromáticos en violeta o rojo (Pitt, incluso, se animó a una flor en la cabeza) y equipos a juego de suéter de punto a rayas.
Y aunque los actores tienen acceso a lujos inimaginables y a los más importantes diseñadores a disposición, su actitud en cuanto a su apariencia y la moda es relajada. Durante la charla que concedieron a la revista, la esposa de Clooney, Amal, se acercó a charlar con los actores acerca de los vestuarios de la sesión de moda.
Ante el comentario de Pitt de que su colega se aventuró con los looks, su mujer le preguntó si había usado algún color radical. ¿La respuesta del protagonista de La gran estafa? “Soy demasiado mayor para que me importe”. Pitt coincidió y reflexionó: “Esa es otra cosa acerca de envejecer. Es demasiado trabajo controlar las cosas. Es mejor simplemente adaptarse de alguna manera a la corriente”.