Claudia Sheinbaum, de 61 años, fue elegida este domingo la primera presidenta en la historia de México.
No son buenas noticias para Javier Milei en el campo regional. La ahijada política del saliente mandatario Andrés Manuel López Obrador es de izquierda como su mentor, férreamente enfrentado con el presidente argentino. Gobernará la segunda economía de América Latina por los próximos seis años, hasta 2030.
“Es una mujer con mucha experiencia de gestión y muy cercana al presidente saliente. Además, es una científica muy preparada a nivel académico”, dijo a TN el analista político mexicano Mauricio González, director de El Medio Importa.
Claudia Sheinbaum, del mundo científico a la presidencia de México
Más allá de su ideología, Sheinbaum tiene un punto de cercanía con el presidente argentino. Es miembro del pueblo judío, al que Milei se ha aproximado muchísimo en los últimos tiempos, con una posición de absoluto alineamiento con Israel en la guerra de Gaza.
La presidenta electa nació en la Ciudad de México en 1962. Tiene dos hijos y un nieto. Está casada en segunda nupcias con Jesús María Tarriba, especialista en riesgos financieros del Banco de México y su novio en sus épocas universitarias.
Sheinbaum es licenciada en Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y obtuvo una maestría y un doctorado en Ingeniería en Energía. A lo largo de su carrera académica obtuvo enormes logros. De hecho, fue una de las ganadoras del Premio Nobel de la Paz 2007 por su trabajo en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU.
Entonces, contribuyó junto a 600 colegas en una serie de informes para difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático y enfrentar esa problemática que amenaza al planeta. En ese rol, lideró un grupo de trabajo que escribió un capítulo del reporte final. El Premio Nobel fue otorgado finalmente a la organización.
Además, ha dedicado gran parte de su vida académica a la enseñanza universitaria, con énfasis en el estudio de las energías renovables y el calentamiento global. Entre sus pares, es reconocida como una científica brillante y por su visible sobriedad. Ella misma se define como “mujer, madre, abuela y científica”.
Pero en forma paralela a su carrera académica, Sheinbuam tuvo una activa militancia política. Comenzó a participar en el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) y fue una de las fundadoras del Partido de la Revolución Democrática (PRD, hoy en la oposición) y más tarde del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), liderado por López Obrador.
Siempre al lado del presidente saliente, en el año 2000, asumió su primer cargo público como secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, cuando su mentor político era el alcalde de la capital mexicana.
Tras su breve paso por la actividad pública, regresó a su trabajo científico, con una estancia de algunos años en Estados Unidos en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU. Luego, Sheinbaum volvió a México y retomó su carrera política.
En 2015 se convirtió en la primera mujer elegida jefa delegacional en Tlalpan, una de las 16 demarcaciones territoriales de la capital mexicana. Permaneció en ese cargo hasta 2017 y solo un año después hizo historia y fue electa jefa del Gobierno de Ciudad de México.
Sheinbaum fue alcalde del Distrito Federal hasta junio de 2023, cuando lanzó su candidatura presidencial por Morena para suceder a su mentor político. Su gestión en la intendencia en la capital mexicana estuvo marcada por la pandemia de covid y el derrumbe de un tramo elevado de la línea 12 del subte que el 3 de mayo de 2021 mató a 27 personas.
“Es una mujer con mucha experiencia de gobierno. Ha podido librarse de ciertos escándalos, como el incidente de la línea 12 del metro y algunas denuncias de corrupción. En su gestión ha tenido una gran aceptación popular”, dijo Mauricio González, en su diálogo con TN.
Sus detractores la tildan de ser una mujer fría y calculadora, aunque ella se esforzó por sonreir durante la campaña y hasta se animó a publicar videos con un toque de humor en tiktok. Ahora, tendrá que enfrentar serios desafíos como la grave crisis de seguridad con el creciente poder del narcotráfico, la situación migratoria que enfrenta al país con Estados Unidos y serias deficiencias sociales, en especial en las áreas de salud y educación. Pero también el insuficiente crecimiento económico de los últimos años, con un promedio de 2% anual.
“Mucha gente dice que es el títere del presidente saliente. Ella ha tratado en campaña de desligarse de la figura de López Obrador. Ahora, ella tiene que labrar su propio camino”, afirmó.