“La UCR está al rojo vivo y a punto de explotar”, dicen los radicales cordobeses involucrados en la disputa por el control del Comité local. El próximo 8 de septiembre deberán elegir un nuevo presidente y, si bien en las últimas semanas todo parecía encaminarse para lograr una lista de unidad con Marcos Ferrer – actual intendente de Río Tercero – de candidato, las negociaciones se complicaron. Sus principales detractores lo acusan de querer llevar al partido centenario a un acuerdo con La Libertad Avanza para las legislativas del próximo año mientras que sus aliados apuntan a una maniobra de Martín Llaryora para reforzar su proyecto nacional.
Ferrer ya viene de mantener un fino equilibrio entre dirigentes pesados del partido centenario. A nivel provincial se referencia con Rodrigo de Loredo y en lo nacional con Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti. Figuras enfrentadas dentro de la UCR en relación al vínculo con Javier Milei. El intendente de Río Tercero los considera “amigos” a los tres y cree que no existen diferencias que sean irreconciliables. Pero sus rivales cordobeses no pierden la oportunidad de marcar las contradicciones.
“Acá tiene que quedar claro que no tenemos nada que ver con Milei”, expresaron en diálogo con Infobae cerca de Ramón Mestre, uno de los dirigentes que le hace frente a Ferrer. “Luis Juez está abiertamente con Milei y hace unos días se reunió con De Loredo”, agregan. El presidente del bloque radical en la Cámara de Diputados recibió fuertes críticas por su rol en el tratamiento de la Ley Bases, donde procuró “darle las herramientas” al Gobierno para que avance con su plan de gestión.
La estrategia de De Loredo es clara. Además de representar las necesidades de los gobernadores, sabe que en su provincia no prospera el discurso moderado ni los espacios de centro, como pregona Lousteau. Para colmo, el próximo año vence su mandato como diputado nacional y viene de fracasar con su candidatura a intendente de la ciudad de Córdoba. Sus próximos pasos no pueden quedar librados al azar.
“El problema de Rodrigo es que quiere acaparar todo”, rezongan entre los radicales. Y agregan: “Se quedó con el bloque en Diputados, quiso imponer un hombre suyo en la Defensoría del Pueblo y ahora se quiere quedar con el Comité”. Un dato no menor es que el año pasado, cuando De Loredo coqueteaba con ser candidato a gobernador, hizo valer la baja de su postulación a favor de Juez: introdujo dirigentes propios en las listas para la Legislatura y el Congreso.
Nadie quiere ir a la interna por el Comité pero ninguno da el brazo a torcer. Ante la falta de acuerdo, los radicales decidieron postergar la fecha para la presentación de alianzas y listas: el 29 de julio y el 2 de agosto, respectivamente. “Ferrer no tiene consenso”, denuncian de un lado. “Si no hay acuerdo no tenemos problema, daremos la batalla interna”, responden del otro.
¿Por qué es tan importante la elección del Comité? Quien gane la pulseada dará una señal de hacia dónde apuntará sus lanzas el radicalismo cordobés el año que viene para formar acuerdo con otras fuerzas. Karina Milei ya está a cargo de la construcción de La Libertad Avanza como partido nacional y Córdoba es un territorio determinante para conquistar. Martín Llaroyra lo sabe.
Como adelantó este medio, Llaryora trabaja para lograr que el Partido Cordobés sea una fueza que trascienda lo provincial. Para eso dependen de la figura de Juan Schiaretti, quien tiene un alto nivel de imagen en su territorio y que, además, viene de cosechar 7 puntos en todo el país como candidato a presidente.
Históricamente para el peronismo cordobés la pelea por las bancas nacionales es adversa ante la imposibilidad de desdoblar los comicios (como sucede para llegar al Ejecutivo) y la desventaja que encuentra en la disputa con fuerzas nacionales. Es por eso que Llaryora teje hilos con los dirigentes bonaerenses distanciados de La Cámpora y acerca posiciones con los intendentes radicales que necesitan de su billetera. Para el gobernador todos son bienvenidos.
“Llaryora quiere quedarse con nuestro sello y nuestra estructura. No se lo vamos a permitir”, advirtió Ferrer en diálogo con este medio. Su respuesta se debe a los rumos y especulaciones sobre cierta injerencia del actual gobernador en la interna radical que hasta hace algunas semanas no presentaba tantas trabas para lograr la lista de unidad.