Antonio Gasalla, una de las figuras más icónicas del teatro y la televisión argentina, enfrenta un enemigo invisible y devastador: Alzheimer. Diagnosticado en 2020, a sus 83 años transita hoy un camino lleno de sombras. Su vida, siempre estuvo rodeada de aplausos y escenarios iluminados, pero lamentablemente dio un giro dramático.
La última internación en mayo dejó en vilo a todo el mundo del espectáculo. Las novedades sobre su estado de salud llegan de boca de sus amigos más cercanos, quienes conocen de cerca la batalla que libra el actor. Marcelo Polino, íntimo confidente y casi portavoz del capocómico en estos tiempos, fue claro al revelar las dificultades por las que atraviesa Gasalla: “Está complicado porque su tema cognitivo avanza y no hay un remedio para eso. Además de eso tiene problemas motrices, ya tiene dificultad para caminar”, dijo en declaraciones a Empezar el Día de Ciudad Magazine.
Polino no evitó exponer la crudeza del cuadro: Antonio se alimenta ahora a través de un botón gástrico. “Es un combo explosivo”, dijo con voz cargada de emoción, aludiendo a la combinación de su edad avanzada, las complicaciones cognitivas y los problemas motrices. Pero a pesar de todo, hay una esperanza que se sostiene en la red de afectos que rodea al actor. Polino destacó el papel fundamental que cumple su familia y los médicos en su cuidado diario. “Está cuidado por la familia, por los médicos… es complicado”, añadió.
A la tristeza que genera el deterioro de Gasalla se suman las palabras de otro amigo cercano, Campi, quien conmovió a los televidentes al compartir su experiencia personal en el programa Poco Correctos de El Trece. Quien actualmente se encuentra encarnando al personaje de Mama Cora en el teatro reveló que Gasalla ya no recibe visitas de amigos, lo que ha profundizado la preocupación en su entorno y entre sus admiradores. “Yo tengo un vínculo…está en este plano, está con nosotros. Yo lo adoro, lo extraño”, expresó con una mezcla de nostalgia y dolor. El humorista recordó aquellos días en los que solían juntarse una vez al mes a charlar y reírse.
Uno de los momentos más emotivos que compartió Campi fue el recuerdo de la última vez que vio a Antonio durante el Mundial de Fútbol de 2022, cuando Argentina jugó contra México. Aquella tarde, la pasión futbolística, a la que ni Gasalla ni Campi eran afectos, pareció envolverlos de manera inesperada. “Quedamos en juntarnos, y a mí el fútbol no me gusta mucho, y a él tampoco. Él andaba medio perdido… Le toqué el timbre y cuando lo hice escuché ‘¡goooool!’”. El relato está impregnado de una tristeza contenida: Campi, con las masitas en la mano, dispuesto a compartir un momento de complicidad, se quedó solo en la puerta, mientras el eco de los gritos de gol llenaba el aire. “Antonio no me abría. Ya estaba perdido”, recordó.
Esas palabras, pronunciadas con una mezcla de frustración y desolación, reflejan el vacío que deja la enfermedad en quienes rodean al actor. La última vez que Campi lo vio fue también en el marco de un partido, el siguiente encuentro de Argentina. “Fue la última vez que lo vi… el partido siguiente”, confesó. Un momento que marcó el final de un capítulo, quizás el último en el que pudo conectar con el hombre que conoció, el amigo al que aún admira profundamente.
Hoy, Antonio no es el mismo. Su mundo se redujo a los cuidados en un geriátrico, donde solo su hermano Carlos y algunos cercanos pueden visitarlo. Los amigos, aquellos que lo acompañaron durante décadas de éxitos, se ven obligados a recordar los momentos felices desde la distancia. Pero a pesar de todo, el cariño permanece intacto. Como dijo Polino, “se merece una buena calidad de vida”.
Cabe recordar que el pasado mes de junio debió ser internado durante 11 días en el Sanatorio Otamendi debido a un cuadro de neumonía. “Pasó un trance muy difícil. Estamos acompañando a la familia que es de fierro y está todo el tiempo a su lado”, aseguró en ese entonces el conductor de Polino Auténtico.