Corrientes es una provincia que tiene mucha historia, ya que los descubridores en su entrada hacia el norte bordeando el Paraná aprovechando su riqueza y en ese recorrido pasaron por un destino que, desde hace muchos años, está íntimamente ligado con la pesca deportiva. Hablamos de Esquina, la primera tierra correntina que pisaron en aquel tiempo y que fue la única que durante nuestras guerras civiles fue destruida dos veces. Y como se destruyó, se volvió a levantar. Y, vaya paradoja, lo mismo pasa con su fauna íctica, castigada por el hombre y la naturaleza pero que siempre vuelve y convierte a este destino en uno de los predilectos para el pescador.
Relato de pescadores
Y entre esos aficionados que se sienten atraídos por este bello destino está un grupo de amigos de Rauch, una localidad adentrada en el corazón bonaerense y que tiene muchísimos cañófilos que recorren los distintos pesqueros de la región y no dudan en visitar el litoral e ir por los ríos, esteros, lagunas y bañados que constituyen a Esquina en un verdadero paraíso para el pescador deportivo.
Según nos contaba Nicolás Ortiz, el grupo estuvo integrado por Adrián Miquelarena, Damián Pellegrini y Alan Sánchez, amigos que se gestaron en el trabajo y hoy comparten la pasión por la caña, tanto en bait como en las otras modalidades que nos permite la actividad. Con los servicios de Quique Pesca, se adentraron en el Paraná con muchas expectativas.
Resumen de la pesca
Disfrutaron de 2 días con muchas variantes de pesca. Anclados en las correderas, en las caídas de los veriles de los bancos de arena y demás, lograron una increíble cantidad de dorados de portes chicos a medianos. Una primera jornada llena de acción, con mucha intensidad de piques y sin los grandes que fueron a buscar.
Todo cambió el segundo día, en las correderas haciendo bait con señuelos paleta 1 y 2, especialmente con las bananas, dieron con una impresionante actividad de dorados de excelente porte. Ejemplares de 5 a 7 kilos que se daban uno atrás del otro, en un festín de piques en dicha modalidad. Anclados, nos decían, hay mucho chico y a camalote, al garete, no está tan bueno, pero con bait o spinning, una delicia.
Nuestros amigos compartieron de días inolvidables y no dudan en volver pronto buscando repetir los tamaños obtenidos. La abundancia de la especie hace presumir que se vienen buenos momentos de pesca, un futuro promisorio a un presente fantástico.
Fuente: Weekend