El rendimiento del coche Alpine de Franco Colapinto no estuvo a la altura durante el Gran Premio de Canadá. Tras una buena clasificación que lo ubicó en el décimo lugar, su carrera se vio comprometida por un stint, que se refiere al tramo de carrera que transcurre entre las dos paradas en boxes, demasiado largo con neumáticos duros, lo que afectó su ritmo general.

Según Lucas Corsino, especialista en datos de la Fórmula 1, el tránsito constante y el aire sucio generado por el Sauber de Gabriel Bortoleto, quien intentaba contener a Nico Hülkenberg, perjudicaron el rendimiento del argentino.

Los tiempos de vuelta lo reflejan: mientras Antonelli giraba en 75.47s, Bearman en 77.06s y Hadjar en 77.34s, Colapinto apenas pudo marcar 77.36s, muy cerca de Bortoleto, que registró 77.55s.

El impacto del aire sucio y el tráfico en el ritmo de Colapinto

Desde la vuelta 20 hasta la 31, Colapinto y Hülkenberg mantenían un ritmo parejo. Sin embargo, cuando Franco ingresó en tránsito detrás del Sauber de Bortoleto, sus tiempos comenzaron a subir.

Esto se debió al aire sucio que cortaba el flujo aerodinámico hacia el Alpine, reduciendo el agarre y provocando una mayor degradación de neumáticos. A su vez, Bortoleto le había dado suficiente espacio a Hülkenberg, lo que permitió que el Sauber girara con aire limpio y a un ritmo más competitivo que el auto de Colapinto.

La diferencia de motor entre Alpine y Sauber que hizo imposible el sobrepaso

Una de las claves por las que Colapinto no pudo adelantar a Bortoleto en la recta larga fue la diferencia de potencia entre los motores. El Alpine, impulsado por unidad de potencia Renault, alcanzaba una velocidad 5 km/h menor que el Sauber motorizado por Ferrari.

Esta desventaja en la recta anulaba cualquier posibilidad de sobrepaso, incluso con el DRS activado. En igualdad de condiciones aerodinámicas, esa diferencia es prácticamente insalvable, y terminó condenando al argentino a una posición final fuera de los puntos.