Una nueva técnica acústica permite transmitir audio de forma precisa sin auriculares ni altavoces, abriendo la puerta a usos revolucionarios en espacios públicos y privados
Un avance científico promete revolucionar la manera en que interactuamos con el sonido. Según publicó Popular Science en uno de sus estudios recientes, se ha desarrollado una tecnología capaz de generar “enclaves audibles”, es decir, zonas específicas donde el sonido puede ser escuchado únicamente por un receptor determinado, sin necesidad de auriculares ni dispositivos similares. Este descubrimiento, basado en el uso de ondas ultrasónicas autocurvables y principios de acústica no lineal, podría cambiar radicalmente las experiencias de comunicación, entretenimiento y privacidad en espacios públicos.
De acuerdo con los investigadores, esta innovación permite enviar sonido de manera precisa a un punto específico en el espacio, sin que sea audible en el trayecto hacia su destino. Esto se logra mediante la intersección de haces ultrasónicos que, al combinarse en una región concreta, generan una nueva onda sonora dentro del rango audible humano. Este fenómeno, conocido como generación de frecuencia diferencial, es la clave detrás de esta tecnología.
El sonido y los desafíos de su control
El sonido, como explicaron los expertos, es una vibración que se propaga a través del aire en forma de ondas. Estas ondas, al viajar, tienden a dispersarse debido a un fenómeno llamado difracción, lo que dificulta dirigirlas hacia un área específica. Este problema es especialmente notable en sonidos de baja frecuencia, que poseen longitudes de onda más largas y, por ende, mayor tendencia a expandirse.
Aunque existen tecnologías como los altavoces de matriz paramétrica, que pueden enfocar el sonido en una dirección concreta, estas aún emiten ruido a lo largo de su trayectoria. La nueva técnica desarrollada por los investigadores supera esta limitación al utilizar ondas ultrasónicas, que son inaudibles para el oído humano, como portadoras del sonido audible. Según detallaron los científicos, estas ondas ultrasónicas pueden ser manipuladas para curvarse y alcanzar un objetivo específico, sin que el sonido sea perceptible fuera de la zona designada.
Cómo funciona la tecnología de los enclaves audibles

El principio detrás de esta innovación radica en la interacción no lineal de las ondas sonoras. Normalmente, las ondas se combinan de manera lineal, sumándose proporcionalmente para formar una onda mayor. Sin embargo, cuando las ondas sonoras son lo suficientemente intensas, pueden interactuar de forma no lineal, generando nuevas frecuencias que no existían previamente.
En este caso, los investigadores utilizaron dos haces ultrasónicos con frecuencias ligeramente diferentes, por ejemplo, 40 kHz y 39,5 kHz. Al cruzarse en el espacio, estas ondas generan una nueva frecuencia que corresponde a la diferencia entre ambas, en este caso, 0,5 kHz (500 Hz), que se encuentra dentro del rango audible humano. Este sonido solo puede ser escuchado en el punto donde los haces se intersectan, mientras que fuera de esa región, las ondas ultrasónicas permanecen silenciosas.
Para lograr que las ondas ultrasónicas se curven, los científicos emplearon metasuperficies acústicas, materiales especializados que permiten manipular la trayectoria de las ondas sonoras. Estas metasuperficies funcionan de manera similar a una lente óptica que curva la luz, pero en este caso, moldean las ondas ultrasónicas para que sigan trayectorias curvas y puedan sortear obstáculos antes de alcanzar su destino.
Aplicaciones potenciales y desafíos por superar
Según los investigadores y lo publicado en Popular Science, esta tecnología tiene un amplio rango de aplicaciones potenciales. En espacios públicos, como museos o bibliotecas, podría ofrecer experiencias de audio personalizadas sin necesidad de auriculares, permitiendo que cada persona escuche contenido diferente sin interferir con los demás. En el ámbito automotriz, los pasajeros podrían disfrutar de música o entretenimiento sin distraer al conductor, quien recibiría únicamente las instrucciones de navegación.
Además, en oficinas o entornos militares, los enclaves audibles podrían facilitar conversaciones privadas sin riesgo de ser escuchadas por terceros. Otra posibilidad sería la creación de zonas de cancelación de ruido en áreas específicas, mejorando la concentración en lugares de trabajo o reduciendo la contaminación acústica en entornos urbanos.
Sin embargo, los investigadores señalaron que aún existen desafíos técnicos que deben resolverse antes de que esta tecnología pueda ser implementada a gran escala. Uno de los principales problemas es la distorsión no lineal, que puede afectar la calidad del sonido generado. Además, el proceso de convertir ultrasonido en sonido audible requiere campos de alta intensidad, lo que implica un consumo energético significativo. Según los expertos, mejorar la eficiencia energética será crucial para hacer viable esta tecnología en el futuro.
Un cambio fundamental en el control del sonido
A pesar de los obstáculos actuales, los investigadores consideran que los enclaves audibles representan un cambio paradigmático en la manera en que el sonido interactúa con el espacio. Al permitir un control preciso sobre la ubicación y la percepción del sonido, esta tecnología abre la puerta a experiencias de audio más inmersivas, personalizadas y eficientes.
Tal como destacaron los responsables del estudio, este avance redefine los límites de lo que es posible en el ámbito del audio espacial, ofreciendo soluciones innovadoras para problemas cotidianos y transformando la manera en que las personas interactúan con su entorno sonoro. Aunque su implementación práctica aún podría tardar, las posibilidades que plantea esta tecnología son vastas y prometen revolucionar múltiples sectores en el futuro.