Javier Milei definió a Estados Unidos como aliado global de la Argentina y la Casa Blanca responde con una agenda abierta para todo el Gabinete. En este contexto, Patricia Bullrich inicia hoy en Washington una ajustada agenda de trabajo con reuniones en la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Oficina Federal de Investigación (FBI), el Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security) y la Organización de Estados Americanos (OEA), adonde participará de la cuarta cumbre contra la delincuencia transnacional organizada.
Una semana más tarde, Luis Caputo participará en las sesiones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que serán escenario de una compleja negociación vinculada al futuro programa con el organismo multilateral y a la actual situación del swap acordado con China, que vence en los próximos meses y su prórroga depende de la voluntad política de Xi Jinping.
Estados Unidos está preocupado por la ofensiva de China en América Latina, las profundas relaciones entre grupos terroristas que responden a Irán y carteles del narcotráfico que operan en la región, y los ataques cibernéticos que se coordinan entre Beijing y Moscú.
Argentina es el único país en América Latina que comparte –in totum– estas preocupaciones con Washington. Y la Casa Blanca entiende que la estabilidad del gobierno de La Libertad Avanza es clave para no perder a su principal aliado en la región. Desde esta perspectiva, la administración demócrata abrió las puertas a los distintos ministros que llegan a DC para ratificar que Milei considera a Estados Unidos su principal aliado geopolítico.
“Nuestra alianza con los Estados Unidos, demostrada a lo largo de estos primeros meses de gestión, es una declaración para el mundo de que, luego de décadas de discursos rimbombantes y pactos espurios, la Argentina ha decidido retomar el rol protagónico que nunca debió abandonar”, sostuvo el presidente durante la visita de Laura Richardson, jefa del Comando Sur.
Bullrich inicia su agenda en Washington con su participación en una cumbre contra el crimen organizado en la OEA. Este mecanismo hemisférico se llama Randot, y Argentina se presentó como candidata a presidirlo hasta el 2026. La Cumbre Randot estará liderada por Frank Mora, embajador de Estados Unidos en la OEA, y tiene el apoyo técnico del Departamento contra la Delincuencia Organizada Transnacional de la OEA, a cargo de su titular Gastón Schulmeister.
Tras dos días deliberando en la OEA, Bullrich cruzará el río Potomac para encontrarse con William Burns, director de la CIA. Burns tiene una larga trayectoria en el Departamento de Estado y se transformó en una pieza clave para Joseph Biden: no sólo informa al presidente sobre la agenda global, sino que además negocia con Qatar un cese del fuego entre Israel y Hamas para que el grupo terrorista libere a los rehenes cautivos en Gaza.
Bullrich tiene previsto acordar con Burns una agenda de cooperación que permita a la Argentina mejorar su capacidad para enfrentar al narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de seres humanos y el contrabando, en un escenario regional condicionado por fronteras porosas y una fuerte presencia de dinero sucio que aceita los vínculos políticos.
En esta línea de trabajo, Bullrich terminará su gira por DC con reuniones en el FBI y en el Departamento de Seguridad Nacional, que aportarían capacitación e información clasificada para enfrentar a las bandas que ya operan en el Norte, el conurbano y Rosario.
El 15 de abril comienzan las sesiones de primavera del Fondo Monetario Internacional, y está previsto que Luis Caputo -ministro de Economía- aterrice en DC para iniciar una ronda de negociaciones con Kristalina Georgieva -directora ejecutiva del FMI- e importantes funcionarios de la secretaria del Tesoro, el Consejo de Seguridad de Biden, el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la CAF.
Nicolás Posse, jefe de Gabinete, se sumaría a la delegación oficial.
Caputo ya negocia con el FMI un nuevo programa y es fundamental el apoyo del Consejo de Seguridad Nacional y de la Secretaría del Tesoro. Habrá reunión con formal con Georgieva y Gita Gopinath, y aún no hay certeza sobre un cónclave con Janet Yellen, secretaria del Tesoro y principal asesora económica de Biden.
El ministro de Economía está enfocado en el plan de ajuste y en el apoyo del FMI, pero también cavila una solución respecto al swap de China. Caputo todavía no conoce todos los detalles exactos del acuerdo firmado entre los bancos centrales de ambos países, y cuando pidió precisiones a la embajada china en Buenos Aires, sólo obtuvo una promesa de respuesta que aún no llegó al Palacio de Hacienda.
En julio vencen cerca de 6.000 millones de dólares del swap chino, y Argentina tiene intenciones de prorrogar el acuerdo que se inició en épocas de Néstor Kirchner y fue avalado sucesivamente por Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández.
El swap suma 18.500 millones de dólares y Caputo lo necesita.
Milei tiene profundas diferencias ideológicas con Xi Jinping, líder del partido comunista chino. Y esas diferencias implican la decisión política de suspender todas las obras estratégicas que Beijing acordó con CFK, Macri y Alberto Fernández.
Eso significa que Milei suspendió la construcción de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz, revisará los términos del acuerdo sobre la denominada base espacial y canceló el proyecto de levantar dos centrales nucleares en Buenos Aires con financiación de China, entre otros proyectos geopolíticos que Xi pensaba coronar en la Argentina.
En Beijing consideran que es una mise en scène la postura oficial de revisar el acuerdo bilateral de la base espacial – que es una preocupación de Estados Unidos, como explicó la general Laura Richardson-, pero rechazan la decisión presidencial de frenar la construcción de las represas en Santa Cruz.
Xi considera a esa obra pública una muestra del poder geopolítico chino en la región, y resistirá la decisión ya comunicada por el gobierno a la embajada de China en Buenos Aires. Hasta el viernes pasado, Xi tenía definida su estrategia de confrontación: explicará a Balcarce 50 que sin represas no hay swap.
Diana Mondino viaja a Beijing hacia fin de mes. Será recibida por el canciller Wang Yi, que aprovechará la ocasión para explicitar la postura del líder comunista. En este posible escenario diplomático, la ministra de Relaciones Exteriores sólo tendrá palabras para suavizar la decisión ya asumida por Milei.
Balcarce 50 preguntó si la Casa Blanca podía aportar los 6.000 millones de dólares para enfrentar la amenaza china. La respuesta no fue alentadora: Caputo tendrá días roller coaster durante las sesiones de primavera del FMI, que empiezan el próximo lunes en DC.