La rentabilidad de los productores agrícolas en Argentina está peor que en noviembre del año pasado, poco antes del cambio de gobierno, lo que explica que estén sentados sobre los granos y muy esquivos a liquidar la cosecha a la espera de un anabólico, ya sea una devaluación o una mejora en la relación del dólar blend con el que liquida la exportación.
«Los ingresos reales de los agricultores disminuyeron a pesar de que Javier Milei devaluó el 118% el peso en diciembre», planteó el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) en un estudio en el cual detalló que, si bien la modificación del tipo de cambio aumentó los ingresos nominales, los reales -es decir la capacidad de compra- bajó.
Para dimensionarlo, el trabajo elaborado por el Guillermo Oglietti, doctor en economía aplicada y subdirector de Celag Argentina, comparó la capacidad de compra del quintal de maíz, soja y trigo entre el 15 de mayo de 2024 y el 30 de noviembre de 2023, cuando Sergio Massa era ministro de Economía, respecto de once productos de consumo habitual. El resultado es contundente ya que muestra una caída generalizada, de modo que «a pesar de la devaluación destinada a mejorar sus ingresos, el agricultor está peor o igual de lo que estaba cuando Massa dirigía la economía», planteó el informe.
Para ponerlo en números, si con un quintal de maíz exportado en 2023 se podían comprar 72 paquetes de pañales, con Milei se pueden comprar apenas 42 (una caída del 45% del poder adquisitivo); con un quintal de trigo se compraban 96 litros de aceite el año pasado y ahora solo 75 litros (22% menos).
Por otra parte, con un quintal de soja durante el gobierno de Alberto Fernández se podían comprar 145 kilos de arroz y ahora con Milei, 111 kilos. Si se mide la diferencia en la capacidad de compra de leche y pan, es de 324 litros y 184 kilos respectivamente en 2023 y 211 litros y 119 kilos hoy, es decir un 35% menos. La tendencia se repite si se comparan cebolla o sal fina.
«En algunos productos, la reducción de la capacidad de compra durante el gobierno de Milei fue moderada, como en el caso de la yerba, que disminuyó un 2%, o la carne, que cayó un 4%», aclaró Oglietti.
Si en cambio se analiza respecto a la capacidad de pagar un metro cuadrado de construcción comparado con quintales de soja, trigo o maíz, no hay variaciones.
«Para el conjunto de los once bienes, la caída promedio del poder adquisitivo fue del 23%», planteó el estudio de Celag, es decir, se necesitaría una devaluación adicional del 23% para que queden en las mismas condiciones de capacidad de compra que tenían los productores cuando Massa era ministro y administraba los tipos de cambio para liquidar granos.
Para Oglietti a futuro, el gobierno no la tiene fácil, ya que si no devalúa, el campo seguiría sin liquidar y no le llegarían los dólares esperados, en un marco en el cual tampoco hay un aluvión de inversiones extranjeras.
Y si, por el contrario, devalúa, se repetiría la misma secuencia que comenzó desde su primer día de gobierno, es decir «aceleraría la inflación y generaría un efecto negativo con imprevisibles consecuencias sociales y económicas», planteó el economista.
En principio los agrodólares brillan por su ausencia. El economista y analista de mercado financiero de Rosario, Federico Fiscella, precisó que «no aparece el dinero de la liquidación de la soja» en el mercado cambiario.
Aunque en las últimas horas se especuló con el feriado del lunes en Estados Unidos o problemas propios de la lluvia que impidió levantar a tiempo la cosecha, en concreto «a esta altura del año el volumen debería ser mayor», dijo y lo puso en números: «La rueda diaria del mercado de dólar mayorista fue el lunes menos de USD 200 millones cuando históricamente en época de cosecha gruesa es de USD 800 a USD 1.000 millones».
El investigador del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, Dante Romano, coincidió al plantear que «la liquidación de divisas de los exportadores es más lenta de lo que el gobierno esperaba». Pero, además, «se registra un atraso fuerte de ventas anticipadas» por parte de los productores que especulan con obtener un mejor precio.