El empresario y ex vicepresidente xeneize se refirió a la gestión de Román y mostró dudas sobre la posibilidad de volver: «A veces pienso que sí, la mayoría de las veces pienso que no», dijo.

La estadía de Mario Pergolini como vicepresidente de Boca fue mucho más breve de los planeado. El exconductor televisivo se fue «recaliente» con Juan Román Riquelme y la dirigencia. Aunque cuidadoso en sus palabras, criticó la gestión de Román. «Dirigir no es lo mismo que ser un ídolo, no basta con la intención de ‘yo quiero a este club'», sentenció.

En diálogo con María O’Donnell, para el canal de streaming Cenital +, el empresario recordó sus días trabajando en el Xeneize y, aunque no lo reconoció, dejó entrever que le quedó una cuenta pendiente. «A veces pienso que voy a volver, la mayoría de las veces pienso que no. Si vuelvo, ya conozco bastante el paño», aseguró.

En referencia a su salida, Pergolini contó que se dio un desgaste por los constantes choques con Román y sus laderos. «Veo un par de cosas que no me han gustado, voy avisando. Y en un momento dije: ‘Yo no vine a hacer esto acá. No vine ni a pelearme con ustedes, ni a que cada uno intente hacer lo mejor que puede'», afirmó.

Su relación con Riquelme quedó totalmente rota, a punto tal que nunca volvieron a hablar y hoy ni siquiera se saludan. La crítica que le hace al presidente pasa por no haber sabido dividir las tareas y por haber caído en un personalismo total.

Así lo explicó: «No, la verdad que no lo hace (armar grupos de trabajo). Una pena, porque yo creo que con lo que él podía hacer en fútbol y lo que yo lo podría haber acompañado… yo creo que él no se permite eso. ‘Esto es con mi gente, con mis reglas, a mi forma’. Súper (desconfiado). Tendrá sus razones, él no viene de un lugar sencillo, y estar adentro del fútbol es complicado».

De todos modos, Pergolini reconoció que el nivel de idolatría que Riquelme tiene en Boca no lo vio nunca, y que entiende que eso hace que las cosas sean incluso más difíciles. «Tiene algo que es increíble, y es algo muy difícil de lidiar, que es recontra amado. Es llevado a un lugar increíble. Yo he estado con Mick Jagger, con Bill Gates, he comido con Bono. No producen lo que producen los jugadores de fútbol, y sobre todo los ídolos de fútbol», analizó.

Y concluyó: «Será muy difícil para ellos tener la mente lo suficientemente ubicada para entender eso. No lo digo mal, en serio no lo digo mal, entonces ahí hubo un choque. Yo creo que dirigir no es lo mismo que ser un ídolo. No basta con tu intención de ‘yo quiero a este lugar’, a esta institución, a este colegio, a este club. Hay que hacer otro tipo de cosas. Y creo que una de las cosas que hay que hacer es entender los lugares que uno ocupa».