Antes de la espectacular reforma a cargo del estudio Piano Piano, esta casa (en apariencia) no tenía excesivo interés ni en su distribución ni en lo material. Desde el acceso, a través de un pasillo oscuro que iba discurriendo por la totalidad de la vivienda, aparecían ambientes lado a lado.
Pero una vez efectuadas las demoliciones, los arquitectos notaron que la casa podría albergar muchas posibilidades. Y es que su ubicación en esquina y su forma cuasi cuadrada junto a una medianera en diagonal, iban a permitir resolver el proyecto desde un planteamiento geométrico.
Los clientes querían una casa sencilla y no tenían muchas necesidades concretas específicas, más allá de que les permitiese trabajar a veces en casa, o cocinar con comodidad y que pudiese adaptarse fácilmente a los cambios futuros.
Esto le posibilitó al estudio de arquitectura canalizar parte de sus intereses constantes alrededor de la vivienda, aquellos que reflexionan sobre la flexibilidad a partir del uso que hacemos de los espacios y que facilitan hacerlos menos jerárquicos de manera no premeditada.
Las trazas geométricas que marcaban el acceso fueron el punto de partida para situar en el centro de la casa una pieza poligonal que, como una rótula, permitiera articular diferentes espacios a su alrededor, ayudar en los recorridos perimetrales y enriquecer la unión entre todos ellos.
Esta pieza poligonal concretada finalmente en un octógono se convierte, más allá de ser una mera pieza de distribución o paso, en un lugar de estancia o de reunión en el que acontezca lo imprevisto.
Junto a él aparecen dos piezas cerradas, las únicas que cuentan con un único acceso, que alojan un baño para permitir los usos simultáneos.
A partir de aquí, un pequeño distribuidor aloja los armarios para liberar a los ambientes que recaen en él de contenerlos y permitir así que puedan adquirir usos diversos en función de las necesidades venideras.
La sucesión de piezas en enfilade que dan sobre la fachada alarga la perspectiva de las estancias y da mayor amplitud a los espacios. Las ventanas que se abren al octógono o las diversas puertas que permiten el acceso a las salas generan múltiples ejes longitudinales, transversales y diagonales.
La ventana pasaplatos, entre la cocina y el octógono, hace que este espacio ambiguo se convierta en una extensión de la cocina, permitiendo desayunar o tomar una copa de vino a ambos lados de la ventana.
Todas las piezas se conectan entre sí y pivotan alrededor de la pieza central para poder ser recorridas en su perímetro, multiplicar las relaciones visuales y espaciales, así como favorecer las ventilaciones cruzadas y ser una casa fresca en verano o permitir que todos los espacios se iluminen de manera natural.
Por último, la propuesta material tenía como objetivo favorecer que la casa fuese percibida como una unidad, de modo que la sobriedad y la uniformidad en la elección de los materiales fue el camino a seguir.
Pinceladas sutiles recuerdan la preexistencia: unas puertas recuperadas con vidrio esmerilado o un pilar de hormigón dejado a la vista. Leves detalles en madera en forma de pomos y tapajuntas junto con elementos en color verde rompen conscientemente la homogeneidad para redirigir la mirada sin estridencias.
Ficha técnica
Ubicación: Valencia, España
Arquitectos: Piano Piano
Año: 2020
Fotos: Milena Villalba