Ocurrió el fin de semana pasado, cuando la nave de carga rusa Progress 90 se acopló al laboratorio espacial y los científicos notaron un olor extraño.
La NASA y los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) entraron en pánico al detectarse un gas tóxico en la nave. Ocurrió el fin de semana pasado, cuando la nave de carga rusa Progress 90 se acopló al laboratorio espacial y los científicos notaron un olor extraño.
Después de abrir la escotilla, los cosmonautas de Roscosmos también observaron pequeñas gotas en la nave y determinaron la existencia de riesgo de contaminación. Esta situación llevó a la tripulación a equiparse con trajes de protección y activar un sistema adicional de purificación del aire durante aproximadamente 30 minutos.
La NASA informó que los sensores de contaminantes monitorearon la atmósfera de la estación después del incidente y confirmaron el domingo que la calidad del aire dentro de la Estación Espacial estaba en niveles normales. Sin embargo, la escotilla entre el módulo ruso y la nave de carga permaneció cerrada como medida preventiva por el riesgo de contaminación.
La Progress 90 había llegado a la EEI con aproximadamente tres toneladas de alimentos, combustible y suministros para los miembros de la tripulación y permanecerá acoplada durante unos seis meses antes de regresar a la Tierra.
Este incidente ocurrió en un momento crítico para la EEI, que enfrenta varios problemas relacionados con la seguridad y el mantenimiento. Por ejemplo, a principio de año se identificaron hasta 50 áreas de preocupación relacionadas con fugas en el módulo ruso Zvezda catalogadas como de riesgo máximo.