El Gobierno está preocupado por la inflación en alimentos, que se aceleró en marzo, y por eso combina su plan de disciplina fiscal y freno a la emisión monetaria con algunas herramientas menos ortodoxas. Entre ellas, las charlas con empresarios y supermercadistas.
Entre otras cosas, el ministro de Economía Luis Caputo les pidió que terminen con la política de promociones (como 2×1 o descuentos del 70% u 80% en la segunda unidad), de modo que los listados de precios que releva el INDEC realmente coincidan con los valores que pagan los consumidores.
Este miércoles, el titular del Palacio de Hacienda celebró en su cuenta de X que dos supermercados cambiaron la forma de hacer promociones. Mostró allí publicidades más antiguas y más recientes, en las que se ve que las cadenas ya no hacen 2×1, 3×2 o descuento del 70% en la segunda unidad, sino que aplican el descuento directamente sobre el precio por artículo de los ítems de la misma categoría. TN se contactó con varias cadenas de supermercados, pero ninguna quiso dar detalles sobre la política de promociones.
En su presentación ante los empresarios reunidos por Amcham, Caputo también aseguró que los precios quedaron desfasados en dólares porque los productores se prepararon para un escenario económico peor al que se dio. Por eso, el Gobierno combinó las charlas con las señales más duras y decidió facilitar la importación de productos de la canasta básica.
La medida será instrumentada por el Banco Central, que dará acceso a dólares a los importadores para que paguen las compras al exterior en 30 días en lugar de las cuatro cuotas con pago diferido que regían hasta ahora. El listado de productos que podrán entrar al país con esa facilidad abarca: banana, papa, carne de cerdo, café, atún, productos de cacao, insecticidas, shampoos y pañales.
Prevén bajo impacto sobre la medición de la inflación
De forma similar a la apertura de importaciones las economistas consultadas por TN coincidieron que el impacto que pueden tener las promociones en la medición de la inflación es acotado. Como idea general, coincidieron en que las bonificaciones no son un fenómeno nuevo, sino que siempre estuvieron presente.
“No hay algo así como ‘medir bien’ la inflación, no es que la inflación es un numero exacto que existe ahí flotando entre nosotros. Cuando se construye un indicador se decide una metodología, que obviamente puede ser más o menos criticable, pero que define las reglas bajo las cuales se mide el fenómeno. Eso hace que la serie sea consistente a lo largo del tiempo y uno pueda comparar. Promociones hay desde siempre y responden a distintas motivaciones. Podría ser interesante medir el fenómeno, pero no captarlo no implica que se esté midiendo mal la inflación”, consideró Rocío Bisang, economista de Eco Go.
Para María Castiglioni, socia de C&T asesores económicos, la influencia de las promociones en la medición de inflación es marginal y de corto plazo. De todos modos, consideró que puede ser usada por el Gobierno para acompañar la transición y registrar si efectivamente los precios están desacelerando más rápido. “En líneas generales, lo importante para bajar la inflación sigue siendo el ancla fiscal y la política monetaria, que es el trabajo que se está haciendo”, sostuvo.
Cómo mide los precios el INDEC
El argumento principal del Gobierno es que las promociones distorsionan la medición del índice de precios al consumidor (IPC) que publica el INDEC. Desde el organismo estadístico explicaron a TN que ese indicador releva precios de los productos observables y comparables a través del tiempo; que sean representativos del consumo de esa variedad; y que estén disponibles para su entrega al momento de la compra.
Los sondeos se hacen en todo tipo de comercio, no solamente en los grandes supermercados, que son los que suelen aplicar promociones agresivas. Sobre ese punto, la entidad no registra las promociones disponibles solo para determinados grupos de consumidores porque, en la práctica, no están disponibles para toda la población. En ese grupo entran las bonificaciones para clientes de un banco o billetera virtual, los descuentos a jubilados o el tratamiento especial de 2×1, 3×2 o descuentos especiales en la segunda unidad.
Por el contrario, el indicador que elabora el Indec sí tiene en cuenta los precios de los descuentos o promociones de bienes y servicios disponibles para toda la población de referencia y que estén debidamente identificados en los puntos de venta. Es decir, las ofertas específicas sobre un artículo o un conjunto de artículos de un mismo rubro (por ejemplo, carne aviar, artículos de limpieza, liquidación en ropa y calzado por fin de temporada).