Robin Brooks, ex economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas, el think tank y lobby de los grandes bancos y casas de inversión globales, volvió a señalar a la Argentina como la economía más expuesta a una renovada apreciación internacional del dólar, que dañaría aún más la competitividad internacional de la economía nacional y agudizaría las tensiones recesivas de la economía.
Brooks, actualmente investigador de la Brookings Institution, un tradicional centro de estudios bipartidario de Washington, publicó durante la semana en que se realizó la Asamblea FMI-Banco Mundial un artículo en el que exhumó el concepto de fear of floating, o miedo a dejar flotar la moneda de un país, acuñado a fines de los 90s por el economista argentino Guillermo Calvo y la también economista Carmen Reinhart , para describir la crisis en que habían incurrido los países del sudeste asiático y otras economías emergentes por no dejar flotar a tiempo su moneda, lo que derivó en sobrevaluaciones monetarias y, al final, fuertes devaluaciones que sumergieron a la región en una fuerte crisis económica.
Desde entonces, escribió Brooks, la mayoría de las economías emergentes adoptaron sistemas de tipo de cambio completamente flexibles, pero un número pequeño siguió vinculando de modo fijo o semi-fijo su moneda al dólar, aunque esto -subrayó- “viene con el costo de devaluaciones periódicas y crisis”.
Esas políticas, de “pegar” la moneda local a la de EEUU, señaló, “son especialmente peligrosas ahora, debido a la fortaleza del dólar y a la volatilidad de los precios de las commodities en un contexto de elevado riesgo geopolítico”. Si en cambio esos países dejaran flotar su moneda, observó, podrían compensar el impacto de grandes variaciones de los términos de intercambio dejando flotar sus monedas.
Riesgo Trump
Con todo, la advertencia más llamativa de Brooks es que, a su criterio, si Donald Trump gana las elecciones presidenciales de EEUU, el martes 5 de noviembre, la eventual aplicación de altas tarifas, como ya advirtió el expresidente y candidato republicano que hará para enfrentar a China, harán que el dólar se aprecie aún más respecto de la mayoría de las monedas del mundo, poniendo a las emergentes que vinculan su moneda al dólar “bajo severa presión”.
La Argentina, según Brooks es el país más expuesto a ese riesgo, por considerar que es el que más ha sobrevaluado su moneda respecto del dólar en los últimos años y, tras la devaluación ocurrida en diciembre, nuevamente a lo largo de 2024, en la medida que la tasa de inflación superó mes a mes el aumento del 2% mensual del valor del dólar oficial, encareciendo al país en dólares y restándole “competitividad precio”.
Brooks señala que esa política ha sido especialmente peligrosa debido a la sostenida apreciación del dólar en los últimos años, tras haber tocado un punto mínimo en agosto de 2011. Y agrega que el aumento del riesgo geopolítico global, al producir fluctuaciones muy fuertes en los precios de los commodities y en los términos de intercambio de los países, se acentuaría con una victoria de Trump que sería -escribió- “el golpe final a los términos de intercambio, poniendo fuertes presiones devaluatorias sobre los regímenes que siguen vinculando su moneda al dólar”.
Del caso argentino publica nuevamente un gráfico que ya había hecho público, según el cual la moneda argentina es la que más se sobrevaluó desde la pandemia de Covid 19. Además, incluye otro gráfico para destacar la evolución del peso argentino respecto de las demás monedas del mundo. Semanas atrás, Brooks había posteado en la red X que la situación del peso argentino se hacía más anómala porque tenía al lado la devaluación del real brasileño, y calificó esa divergencia de “insostenible; obviamente, tiene que terminar con otra gran devaluación del peso argentino”.
Ahora, en el artículo en Brookings, escribió: “Sin una válvula de seguridad el peso ha subido otra vez a niveles insostenibles”. Y mencionó como casos similares, aunque no tan marcados, los de Egipto y Pakistán, que volvieron a poner un peg sus monedas después de devaluar, y los de Sri Lanka, Turquía y Ucrania.
Paradójicamente, mientras algunos analistas locales consideran que un eventual triunfo de Trump (por quien el presidente Milei tiene manifiestas simpatías políticas) facilitaría al gobierno argentino acceder a “fondos frescos” del FMI y fortalecer su política económica, Brooks piensa, por el contrario, que la victoria del republicano sería “la más consumada manifestación de riesgo geopolítico elevado” en la medida que un aumento de tarifas en EEUU lleve a un aumento adicional del dólar, poniendo presiones devaluatorias sobre las monedas que siguen vinculadas al dólar. Por esa razón, concluye su artículo, “la actual coyuntura es especialmente peligrosa para vincular la moneda al dólar”.
Las reiteradas críticas de Brooks a la política cambiaria oficial llegaron a fastidiar al ministro de Economía, Luis Caputo, quien en referencia a un título de Infobae, negó que el economista fuese un “zar” de Wall Street. Brooks, sin embargo, fue estratega de monedas de Goldman Sachs y trabajó también en Brevan Howard, otra casa de inversión, amén de haber iniciado su carrera como economista profesional en el FMI.