Las redes sociales nos inundan con imágenes y experiencias que nos generan la necesidad de participar en todo. Queremos ser parte de esas vivencias y no quedarnos afuera. Plataformas como Instagram y Facebook, entre otras, pueden convertirse en adicciones peligrosas.
Años atrás, surgió el término FOMO (Fear of Missing Out), que significa el miedo a perderse algo o quedar excluido. Esta sensación es común entre los usuarios de redes sociales, especialmente los jóvenes, quienes experimentan estrés, ansiedad y frustración al compararse constantemente con las “vidas perfectas” que ven en línea. Esta dinámica ha sido señalada como una patología moderna que preocupa a los psicólogos.
Hoy, una tendencia opuesta al FOMO está ganando terreno: el JOMO (Joy of Missing Out), que se traduce como la alegría de desconectarse y disfrutar de no estar en todo. Esta alternativa propone centrarse en el presente y priorizar el autocuidado, buscando seguridad emocional y salud mental. Como explica Emily Lawrenson, responsable de una plataforma líder en seguridad online y bienestar digital para familias. “los jóvenes reciben un promedio de 240 notificaciones diarias, muy por encima de las 80 que reciben los adultos”.
Según el estudio español Nacer en la era digital: la generación de la IA, este constante bombardeo, combinado con las más de cuatro horas diarias que los menores de edad pasan frente a pantallas, puede generar agobio y ansiedad. El JOMO, por tanto, se convierte en una forma de proteger la salud mental frente a la saturación digital.
Beneficios del JOMO
Adoptar el JOMO frente al FOMO tiene numerosos beneficios tangibles. Estos incluyen:
- Reducción del estrés y la ansiedad. La constante comparación con otros a través de las redes puede hacernos sentir que nuestras vidas son menos gratificantes. Al abrazar el JOMO, nos liberamos de esa presión.
- Más tiempo para la introspección. Al desconectarnos del ruido externo, podemos enfocarnos en nosotros mismos, fomentando la autoexploración y el desarrollo personal.
- Fomento de la creatividad. La desconexión permite que la mente se relaje y divague, lo que puede ser un catalizador de nuevas ideas y proyectos.
- Mejora de las relaciones personales. El JOMO nos anima a priorizar las interacciones cara a cara, fortaleciendo las conexiones significativas sobre las superficiales en línea.
Un claro ejemplo de estos beneficios fue lo que ocurrió tras la caída de los servicios de Meta (Facebook, Instagram y WhatsApp) el 4 de octubre de 2021. Mientras algunos usuarios se angustiaron por el FOMO, otros expresaron alivio al experimentar un respiro del mundo digital.
Cómo incorporar el JOMO en la vida diaria
Para quienes desean integrar el JOMO en su rutina, algunos hábitos sencillos pueden ser útiles:
- Reducir el tiempo en redes sociales.
- Designar un día a la semana sin dispositivos electrónicos ni redes.
- Evitar compararse con los demás.
- Dedicar tiempo a actividades que disfrutes realmente.
- Saber decir “no” y no asistir a cada evento social.
- Priorizar el contacto en persona con seres queridos.
- Realizar actividades que estimulen tu creatividad.
Con estas prácticas, el JOMO puede convertirse en una herramienta poderosa para equilibrar la vida en un mundo hiperconectado.