Axel Kicillof y Cristina Kirchner volvieron a encontrarse este jueves en La Plata luego de varios días de tensión extrema en el kirchnerismo. Fue en el marco del aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo y a instancias de Estela de Carlotto que insistió para que el gobernador y la ex presidenta estuvieran presentes.
Fue un encuentro por demás frío. Los dos se sentaron en la primera fila del Teatro Argentino, uno a cada lado de Carlotto y no conversaron. Ambos buscaban conversar con la titular de Abuelas, pero por separados.
El ingreso de ambos a la sala fue el momento más tenso. «Presidenta, Cristina presidenta», cantaban en una de las bandejas. Se entrecruzaban algunos silbidos. Kicillof esperó unos segundos a que esos cánticos aflojen para saludar a las gradas. Allí tomó la posta la gente que respalda al gobernador. «Axel querido, el pueblo está contigo», le cantaron.
En el ingreso de la militancia también hubo momentos de tensión donde por momentos todo parecía desbordarse ante la ansiedad por ocupar las gradas.
El acto contó con varios momentos musicales. Para el final Carlotto subió al escenario y evitó hacer una referencia directa a la interna. «Aunque tengamos diferencias políticas, somos argentinos y tener hoy acá el honor de Cristina y el honor del gobernador demuestran que nada está perdido», dijo la titular de Abuelas.
Cristina tomó el micrófono durante la foto del cierre. La ex presidenta contó que el Teatro Argentino le trae recuerdos de Néstor Kirchner. «Estela tiene razón, a la vida hay que celebrarla con alegría y tener memoria», dijo.
Luego el micrófono lo tomó Kicillof que tuvo que esperar a que bajen los cánticos de «Cristina presidenta». El gobernador esquivó un discurso que pueda caer en polémicas y recordó la recuperación de la Sala Ginastera «de la desidia de la derecha», en referencia a la gestión de María Eugenia Vidal. Luego saludó a Carloto: «Estamos festejando el cumpleaños de Estela. Gracias Estela, memoria, verdad, justicia. Son 30.000», cerró.
La relación entre Cristina y Axel está en su momento más caliente tras la negativa del gobernador de respaldar su candidatura para la presidencia del PJ nacional. Fueron días donde la tensión fue escalando. Primero a través de declaraciones de dirigentes muy cercanos a Máximo Kirchner pidiendo a Kicillof que se salga a respaldar a Cristina, luego el acto en Berisso por el Día de la Lealtad, donde el gobernador esquivó ese respaldo y habló de construir el futuro.
Le siguieron las frases de Cristina en la sede de Smata donde lanzó duras críticas al gobernador. Finalmente, el domingo Kicillof publicó una carta en donde Kicillof planteó que «la lógica de sometido o traidor causó malos resultados».