Desde su elección en 2013, el Papa ha redefinido el papel de la Iglesia con un enfoque centrado en la misericordia, la inclusión y el diálogo interreligioso
El pontificado del papa Francisco estuvo marcado por una serie de eventos históricos que redefinieron el papel de la Iglesia Católica en el mundo moderno. Desde su elección en marzo de 2013 y hasta su muerte ocurrida este lunes, Francisco impulsó un enfoque pastoral centrado en la misericordia, la inclusión y el diálogo con los desafíos más apremiantes de la sociedad.
Su estilo cercano y su compromiso con los marginados impactaron tanto entre los fieles católicos como en la esfera global. Francisco fue una voz influyente en temas como la migración, la pobreza y la crisis climática.
Este recorrido por los hitos más destacados de su pontificado muestra cómo Francisco transformó la Iglesia: la acercó a las “periferias existenciales” y enfrentó con determinación desafíos históricos.
1. El encuentro histórico entre dos Papas (23 de marzo de 2013)

El primer momento histórico del pontificado se produjo apenas diez días después de su elección, cuando Francisco se reunió con Benedicto XVI en Castel Gandolfo. Este encuentro sin precedentes marcó la primera vez en la historia que un Papa reinante se encontraba con su predecesor vivo. La relación entre ambos pontífices se caracterizó por un profundo respeto mutuo y un compromiso compartido con la estabilidad de la Iglesia. Frecuentes fueron las muestras de cariño de Francisco, que comparó la presencia de Ratzinger en el Vaticano con “tener un abuelo sabio en casa”
Benedicto XVI, hasta su fallecimiento en diciembre de 2022, mantuvo una postura de apoyo hacia su sucesor, rechazando constantemente los intentos de presentarlo como una figura de oposición a Francisco.
2. La visita a Lampedusa (julio 2013)

El primer viaje pastoral de Francisco fuera de Roma fue profundamente simbólico. Eligió Lampedusa, la pequeña isla italiana que en ese momento se había vuelto el epicentro de la crisis migratoria mediterránea.
Esta visita estableció la agenda humanitaria de su pontificado, colocando la crisis de los refugiados en el centro del debate global. El papa denunció en particular la “globalización de la indiferencia” que recibía a los migrantes que arriesgan sus vidas para tratar de llegar a Europa.
Francisco también respaldó los esfuerzos de las autoridades italianas en las operaciones de rescate marítimo, marcando un precedente para la posición de la Iglesia sobre la migración global.
3. La canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II (27 de abril de 2014)
En una ceremonia sin precedentes, Francisco canonizó simultáneamente a dos de sus predecesores más influyentes: Juan XXIII y Juan Pablo II.
Esta decisión tuvo un profundo significado simbólico, ya que unió al Papa que impulsó las reformas del Concilio Vaticano II con el que guió a la Iglesia hacia el tercer milenio. La ceremonia, que atrajo a cientos de miles de peregrinos a Roma, representó un puente entre las corrientes tradicionales y progresistas dentro de la Iglesia, subrayando la continuidad en medio del cambio.
4. El discurso histórico ante el Congreso estadounidense (24 de septiembre de 2015)
Francisco marcó otro hito sin precedentes al convertirse en el primer pontífice en dirigirse a una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos. En un momento histórico que reflejó la evolución de las relaciones entre la Iglesia Católica y la nación estadounidense, el Papa pronunció un discurso que resonó más allá de las divisiones religiosas y políticas tradicionales.
En el corazón del poder legislativo estadounidense, un espacio históricamente asociado con la tradición protestante y donde el término “papista” alguna vez fue sinónimo de deslealtad, Francisco fue recibido por una cámara repleta de legisladores, bajo la administración de Barack Obama y con Joe Biden como vicepresidente.
El Papa estructuró su mensaje alrededor de cuatro figuras emblemáticas de la historia estadounidense: Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton. A través de estos personajes, Francisco tejió una narrativa que celebraba los valores fundamentales de la democracia estadounidense mientras destacaba el papel positivo de la religión en su desarrollo.
“A pesar de la complejidad de la historia y de la realidad de la debilidad humana, estos hombres y mujeres, con todas sus diferencias y limitaciones, fueron capaces con trabajo duro y sacrificio personal -algunos a costa de sus propias vidas- de construir un futuro mejor”, declaró ante el Congreso. Su mensaje resaltó la capacidad de resiliencia del pueblo estadounidense, sugiriendo que un pueblo con tal espíritu podría superar cualquier crisis manteniendo su dignidad.
5. El Jubileo de la Misericordia (2015-2016)

El Año Santo extraordinario dedicado a la Misericordia Divina reveló el corazón de la teología de Francisco. La decisión de inaugurar el Jubileo en Bangui, República Centroafricana, en lugar de Roma, fue revolucionaria.
En medio de un país devastado por el conflicto, Francisco abrió la primera Puerta Santa en una de las regiones más pobres del mundo, demostrando su compromiso con las “periferias existenciales”. El Jubileo se convirtió en una plataforma para promover su visión de una Iglesia más inclusiva y misericordiosa.
6. El histórico encuentro con el patriarca Kiril (12 de febrero de 2016)

La reunión histórica con el Patriarca Kiril de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Cuba representó el primer encuentro entre los líderes de ambas iglesias desde el Cisma de 1054.
El encuentro, que produjo una declaración conjunta sobre la protección de los cristianos perseguidos, parecía abrir una nueva era en las relaciones católico-ortodoxas. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania en 2022 tensó estas relaciones, llevando a Francisco a criticar la postura beligerante de Kiril.
7. El acuerdo con China sobre los obispos (22 de septiembre de 2018)

El acuerdo provisional con China sobre el nombramiento de obispos marcó un giro histórico en las relaciones entre el Vaticano y Beijing. El acuerdo buscaba poner fin a cerca de 70 años de tensiones por la espinosa cuestión del nombramiento de los obispos. Los 12 millones de católicos de China están desgarrados entre una iglesia clandestina, llamada “subterránea”, que solo reconoce la autoridad del papa, y la iglesia “oficial”, sometida al régimen comunista.
En virtud del acuerdo, el papa Francisco reconoció a ocho obispos nombrados por Beijing sin su aprobación y las autoridades chinas reconocieron a su vez a dos ex obispos de esta iglesia subterránea.
A pesar de las críticas internacionales, incluyendo la oposición de la administración Trump, el acuerdo se ha renovado dos veces. Esta iniciativa diplomática reflejó la visión de Francisco de una Iglesia en diálogo con todas las naciones, incluso en circunstancias complejas.
8. La lucha contra los abusos en la Iglesia (2014-2023)

La respuesta del papa Francisco a la crisis de los abusos sexuales en la Iglesia marcó otro momento definitorio de su pontificado, caracterizado por acciones concretas y reformas estructurales. Este compromiso se desarrolló en varias etapas cruciales, culminando en una de las reformas más significativas de la Iglesia moderna.
La batalla de Francisco contra los abusos comenzó en 2014 con la creación de una comisión especial dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, diseñada para acelerar el procesamiento de denuncias contra religiosos. En 2016, Francisco fortaleció las normas para la destitución de obispos, incluyendo específicamente la negligencia en casos de abusos sexuales como causa grave para el cese.
El punto de inflexión llegó en 2019, cuando el papa convocó una cumbre sin precedentes en el Vaticano, reuniendo a los líderes de las conferencias episcopales y órdenes religiosas de todo el mundo. “Ha llegado el momento de trabajar juntos para erradicar tal brutalidad del cuerpo de nuestra humanidad”, declaró el Papa, después de haberse reunido con víctimas de abusos en Chile, Francia e Irlanda.
Las reformas posteriores fueron contundentes: un decreto Motu proprio que otorgó competencia penal a los tribunales vaticanos sobre estos delitos, la imposición de la obligación de denunciar, la eliminación del secreto pontificio en casos de abuso, y la extensión del plazo de prescripción a 20 años después de que la víctima cumple 18 años.
El caso más emblemático de esta nueva política fue la reducción al estado laical del cardenal estadounidense Theodore McCarrick en 2019, una decisión que demostró que ningún miembro de la jerarquía eclesiástica estaba exento de responsabilidad.
La culminación de este proceso llegó en marzo de 2023, con la promulgación definitiva de los procedimientos para prevenir y combatir los abusos sexuales en la Iglesia católica, a través de una nueva versión del motu proprio “Vos estis lux mundi”. Esta reforma, que llegó después de cuatro años de prueba y consultas extensivas, representa uno de los legados más significativos del pontificado de Francisco en términos de reforma institucional y justicia para las víctimas.
9. La oración en la plaza San Pedro vacía durante la pandemia (27 de marzo de 2020)

La imagen del Papa rezando solo en una Plaza de San Pedro vacía y azotada por la lluvia durante la pandemia de COVID-19 se convirtió en un símbolo global de la crisis sanitaria.
Su mensaje extraordinario “Urbi et Orbi” resonó mundialmente: “Desde hace semanas, parece que ha caído la tarde. Una espesa oscuridad se ha adueñado de nuestras plazas, calles y pueblos; se ha apoderado de nuestras vidas, llenándolo todo de un silencio ensordecedor y de un vacío desolador, que lo paraliza todo a su paso: se siente en el aire, se palpa en los gestos, se nota en las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos. Como los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en el mismo barco, todos frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de consuelo”.
Este momento cristalizó su crítica al modelo económico global y su llamado a la solidaridad universal. “No nos hemos detenido ante Tus llamadas, no nos hemos despertado ante las guerras y las injusticias planetarias, no hemos escuchado el grito de los pobres, y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado impávidos, pensando que siempre permaneceríamos sanos en un mundo enfermo”.
10. El viaje a Irak: peregrinaje por la paz (marzo 2021)

Como primer pontífice en visitar Irak, Francisco realizó un viaje histórico que incluyó encuentros con comunidades cristianas devastadas por ISIS y una reunión con el Gran Ayatolá Ali al-Sistani, la primera de un Papa con un alto representante del islam chií.
El viaje, realizado en medio de preocupaciones de seguridad y la pandemia, demostró una vez más su compromiso con el diálogo interreligioso y la protección de las minorías cristianas en Oriente Medio.
11. El funeral de Benedicto XVI (5 de enero de 2023)

Francisco presidió el funeral de su predecesor ante 50.000 fieles en la Plaza de San Pedro, un evento sin precedentes en la historia de la Iglesia.
Durante la ceremonia sólo mencionó directamente a su predecesor una vez. “Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu alegría sea perfecta al escuchar definitivamente y para siempre su voz”, dijo Bergoglio, encomendando “a nuestro hermano a las manos del Padre: que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que ha derramado y testimoniado durante su vida”.
Este momento cerró simbólicamente la era de dos papas en el Vaticano y demostró la capacidad de la Iglesia para manejar con dignidad una situación sin precedentes en su historia moderna.
12. Jubileo 2025: un gesto de esperanza universal

La apertura del Jubileo 2025 marcó otro momento significativo en el pontificado de Francisco, en el que volvió a destacar el su énfasis continuo en la misericordia y la inclusión. El 24 de diciembre de 2024, el Papa inauguró el Año Santo con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, iniciando esta celebración que la Iglesia católica realiza cada 25 años.
Sin embargo, fue su decisión de abrir una Puerta Santa adicional en la cárcel de Rebibbia, en Roma, la que reveló la verdadera naturaleza de su visión pastoral. Este gesto amplió el significado tradicional del Jubileo, llevando su mensaje de esperanza y renovación directamente a los márgenes de la sociedad.
“Quería que la segunda Puerta Santa estuviera aquí, en una cárcel”, declaró Francisco. Esta puerta se unió a las cuatro Puertas Santas tradicionales de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor.
En su homilía en Rebibbia, Francisco enfatizó que “la gracia de un Jubileo es abrir de par en par los corazones a la esperanza”. Su mensaje a los presos fue directo y personal: “Les deseo un gran Jubileo, les deseo tanta paz. Todos los días rezo por vosotros, de verdad.”