En medio de la extrema tensión en el mercado cambiario y después que el Banco Central quemara más de 400 millones de dólares de las reservas en dos días, el gobierno de Javier Milei aplicó una receta del massismo austríaco y le metió un nuevo cepo a los banqueros.

El BCRA, que conduce Santiago Bausili el socio de Santiago Caputo, publicó una nueva normativa con restricciones a accionistas y directivos de entidades financieras para cortar con un rulo que hacían con dólares comprados en el MULC y luego operados en CCL.

La nueva normativa indica que los accionistas o directivos de entidades financieras y sus familiares deberán presentar una declaración jurada al momento de comprar moneda extranjera en la que se comprometa “a no concertar, de manera directa o indirecta o por cuenta y orden de terceros, compras de títulos valores con liquidación en moneda extranjera a partir del momento en que requiere el acceso y por 90 días corridos”.

La medida alcanza a accionistas que posean el 5% o más del capital social de una entidad financiera o de cambios; directores o máxima autoridad; síndicos o integrantes del Consejo de Vigilancia; funcionarios con rango de gerente; además de sus cónyuges o convivientes y parientes hasta segundo grado de consanguinidad o primer grado de afinidad.

Caputo alienta la compra de dólares: “Vamos a vender hasta el último dólar”

Versiones del mercado indican que las empresas -a las que no se las liberó del cepo- utilizaban este mecanismo de arbitraje para sacar dólares del país y cancelar deudas vía CCL.

Aunque es un universo reducido de personas afectadas por el nuevo cepo, en el mercado estiman que desde que se levantó el cepo en abril por este mecanismo salieron del país alrededor de 7.500 millones de dólares