El público de los Juegos Olímpicos tuvo un recibimiento muy hostil contra Steven van de Velde, el atleta neerlandés que fue condenado a cuatro años de prisión en Reino Unido tras la violación de una niña de 12.
El deportista debutó con el equipo de vóley playero de su país bajo una lluvia de silbidos y abucheos, que en su mayoría se dieron en el calentamiento previo al juego ante Italia.
Su presencia en los Juegos había generado la indignación de numerosas asociaciones de defensa de los derechos de las mujeres y de la lucha contra la violencia en el deporte.
El Comité Olímpico neerlandés indicó hace unos días que el jugador permanece apartado de los demás deportistas de la delegación, fuera de la Villa Olímpica, y que no dará entrevistas.
Según la Federación Neerlandesa de Voleibol, Van de Velde habría reconocido haber cometido “el mayor error” de su vida. “No puedo regresar al pasado, así que deberé asumir las consecuencias”, declaró.
El próximo partido de Van de Velde será el miércoles contra Chile.
Condena y polémica
Steven van de Velde, integrante del equipo de vóley playero de Países Bajos, fue condenado a cuatro años de prisión en Reino Unido, en 2016, tras la violación de una niña de 12 años.
Después de cumplir parte de su condena allí, fue trasladado a su país y su condena fue ajustada a las normas de la ley neerlandesa.
Tras cumplir la condena, Van de Velde volvió a competir en voleibol de playa desde 2017 y fue convocado para el equipo olímpico de los Países Bajos, que compite en París 2024.
Tras la noticia, el Comité Olímpico Internacional dijo que no tuvo ningún papel en la decisión del voleibol neerlandés de elegir a un violador convicto para competir. “La nominación de los miembros individuales del equipo, luego de la clasificación en el campo de juego, es responsabilidad exclusiva de cada Comité Olímpico Nacional”, dijo un vocero.
Algunos deportistas y grupos de derechos humanos se opusieron a la nominación de Van de Velde: “Su presencia en el equipo olímpico neerlandés es una completa falta de respeto e invalida a la superviviente de sus crímenes”, afirmó Kate Seary, cofundadora y directora de Kyniska Advocacy, que trabaja por la protección y el respeto de las mujeres en el deporte.