Un joven intentó quitarse la vida tirándose de un puente en Morón. Tras ser rescatado, le confesó al médico que lo atendió que la razón por la cual quiso hacerlo fue que horas antes había matado a su madre.
El acusado tiene 23 años y luego de confesar el crimen quedó detenido. Según contó el presunto asesino, el brutal ataque a golpes y puñaladas ocurrió en la vivienda que compartían en el partido bonaerense de Merlo.
Tras el hecho, el joven escapó hasta el puente que cruza las vías del ferrocarril Sarmiento, ubicado en el cruce de avenida Rivadavia y Casacuberta, en Castelar. Mientras estaba allí, un grupo de agentes de la Policía Federal lo encontró y rescató de inmediato.
“Cuando los efectivos le fueron a dar ayuda salió corriendo y fue atropellado por un auto sobre Rivadavia. En eso un móvil del Comando de Patrullas de Morón que realizaba recorridas por la zona se encontró con la escena, convocó a una ambulancia del SAME y fue trasladado con custodia hasta el hospital Posadas para atención médica”, informaron fuentes de la investigación al medio Primer Plano.
Cristian P.Y; de quien todavía no trascendió su identidad completa, contó a uno de los médicos que lo atendió en el traslado, que había matado a su madre y por eso había intentado tirarse del puente. Además, le dijo al profesional que por se motivo su vida ”ya no tenía sentido”.
Después de la confesión, el doctor le contó a los oficiales la información que le había compartido su paciente y se inició una investigación a cargo del fiscal Claudio Oviedo. Lo primero que hicieron fue revisar la vivienda que el sospechoso compartía con su madre, ubicada en la calle Bernasconi al 800, en la localidad de Libertad. Una vez allí, descubrieron el horror: en el interior encontraron el cuerpo de la mujer sin vida y sangre por todos lados. La víctima fatal fue identificada como Sara Zabala.
El cuerpo “presentaba heridas de arma blanca”, los investigadores creen que pudo haberla matado a golpes y puñaladas. Mientras tanto, el acusado fue traslado al hospital Paroissien, de Isidro Casanova, para realizar una evaluación psiquiátrica, la cual arrojó como resultado que el joven tenía “plena consciencia de sus actos”.
El joven tenía antecedentes penales: se le había iniciado una causa por amenazas agravadas con armas a la misma víctima, su madre. Esa denuncia terminó con una condena a seis meses de prisión en suspenso.
Además, la madre de sus hijos lo había denunciado por violencia de género y tenía una restricción perimetral. Ahora permanece detenido bajo prisión preventiva mientras se desarrolla la investigación.