Primero: el discurso inaugural de Leandro Zdero en la apertura del período de sesiones fue lamentable. Una poronga. No me voy a detener en uno solo de los puntos. El que lo quiera ver, puede buscarlo en el canal de YouTube de la Legislatura. También anda dando vueltas por ahí el pedeefe. Fue como si leyera uno atrás de otro todos los títulos de los portales grandes de la provincia publicados durante los últimos setenta días. Lo cual, por cierto, habla de una sinergia asombrosa.
Sí quiero resaltar el aún más lamentable documento producido por el Frente Chaqueño en la vereda, al término de la presentación del mandatario.
Sé que cuando habla el gobernador en funciones, la tradición dicta que los legisladores de la oposición lo critiquen, pero lo que estos legisladores no entienden es que están allí confinados a sus bancas, y el gobernador radical allí encaramado en lo alto de la mesa del presidente, porque la sociedad los sacó a patadas en el culo.
Zdero no se equivoca al culpar a la gestión anterior -en parte porque tiene razón, en parte porque la gente quiere darle la razón aunque no la tenga, y por eso lo votaron-. Es hora de buscar culpables: la casta, la pesada herencia, lo que sea. Y acá los culpables son los peronistas a las órdenes de Coqui. No importa si Zdero exagera o miente deliberadamente. Es demasiado temprano para la verdad.
Los compañeros salieron a decir hace un ratito “cometimos errores, lo reconocemos”. Como le dice la japonesita a Uma Thurman en Kill Bill: “Tus disculpas no fueron suficientes”. ¿Qué es eso de ‘cometimos errores’? La recontra cagaron, recontra cagaron a la gente, a los compañeros, a todo el mundo. El electorado les pagó por la mala gestión.
Pero que encima no entiendan la coyuntura que están, que estamos atravesando; que quieran seguir comunicando como cuando eran gobierno, con consignas camporistas de un optimismo tantas veces reñido con la realidad, es cuanto menos poco inteligente.
Dijeron cosas como: “La Argentina no está en venta. Los derechos del Pueblo Chaqueño no se venden, no se negocian, no se intercambian”, WTF. Guát-de-fác. ¿Qué procesos mentales promueven semejante torpeza discursiva? ¿Cuál es el plan? A ver, acá tengo otras: «El tango es un pensamiento triste que baila», «El tiempo es una imagen móvil de la eternidad», «La Patria es el otro».
Que los radicales sean incompetentes, vengativos y corruptos, no significa que la gente esté pidiendo a gritos la vuelta de Coqui. No hay ningun clamor popular. El peronismo sigue teniendo la culpa. Incluso cuando no la tiene. No se trata de que digan la verdad sino de que la gente los ve mover la boca pero no los escucha: se tapa los oídos, oye un zumbido lejano.
La participación de Santiago Pérez Pons el otro día en la audiencia pública para llevar el pasaje de colectivos a 700, 800, 1000 mangos, fue técnicamente brillante. Pero a la gente no le importa lo que diga Santiago, no le importa que tenga razón. Santiago es, igual que muchos compañeros y compañeras, culpable.
Más que un camino para rearmar el peronismo y un frente nacional y popular contra la expoliación y el saqueo, nos están mostrando a cielo abierto los últimos estertores de un proyecto que fracasó.
Los que pretendan reciclarse o sacar algo bueno de todo esto deberían contar hasta diez antes de salir a decir boludeces. Hacer una verdadera planificación. Entender la coyuntura. Evaluar estrategias. Creen que saben pero, quedó demostrado: no saben.
Va de onda.
Modo “haciendo amigos” OFF.
